Todos los días y todo el mundo se siente orgulloso de ser hijo de quien es, pero hoy yo me siento un poco más orgulloso de ser hijo de mi padre, pues hoy le ha hecho entrega la Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, de la mención de honor de relato corto en el XI Concurso de Relato Corto y Poesía para Personas Mayores.
Y me siento orgulloso, porque le den a mi padre este premio, a una persona que ha ido sólo unos cuantos meses a la escuela, que todo lo que sabe y todo lo que nos enseña ha sido a base de sacrificio y tesón.
El tema de este concurso era "Valores de Mujer", y realmente este relato de mi padre ha puesto en valor las dotes de lucha y superación de Ramona, una mujer a la que en un momento determinado no le sonrió mucho el destino, pero no se dejó achicar y luchó hasta que sacó adelante a sus hijos, su proyecto y su futuro.
Con esto he vuelto una vez más a aprender una nueva lección de mi padre, la primera es que en la vida nada ni es blanco ni es negro sino sólo del color con el cristal que se mira y, la segunda la que Ramona nos enseña en su relato, que he tenido el honor de leer ante el público, y que nos dice a todos que en la vida lo único que hay que hacer es mirar hacia delante y caminar, para poco a poco ir alcanzando las metas que uno se pueda proponer en cada momento.
Quiero dar la enhorabuena a mi padre una vez más y dejarlo aquí plasmado en mi blog, para que todo el que le apetezca pueda leer el relato que lo pongo en el enlace de más abajo.
Espero que a todos y todas os pueda gustar.
Ramona. Un ejemplo a seguir
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