Se llama
deslocalización al movimiento que realizan algunas empresas trasladando sus
centros de trabajo en países desarrollados a países con menores costos para
ellos, generalmente del Tercer Mundo. Recientemente se ha empezado a
deslocalizar a sus países de origen la producción de empresas adquiridas por
estas multinacionales. Es, por tanto, una consecuencia de la globalización de
la economía. Las causas de este proceso suelen ser: la búsqueda por parte de
las empresas de menor coste de la mano de obra, legislaciones menos estrictas
en protección del medio ambiente y condiciones de Trabajo más flexibles.
La
deslocalización puede dar lugar a dos situaciones básicamente: que las empresas
cierren completamente sus plantas productivas en el país originario (y más
desarrollado) que las reduzcan a un nivel meramente representativo. En los dos
casos, los efectos son muy similares, siendo su principal diferencia la
dimensión de los mismos. Una inversión nueva en un país determinado, implica
una desinversión en el país de origen. Por esto, los efectos sobre el país de
origen son opuestos a los del país destino. El principal problema social
derivado de la deslocalización en el país de origen es el desempleo generado al
cerrar las plantas, o al reducir la producción de las mismas.
Algo parecido es
lo que está ocurriendo en la ciudad de Martos, con el expediente de regulación
de empleo de carácter extintivo que ha presentado la empresa Eldon España hace unos días y que
va a terminar con el empleo de casi un centenar de personas, porque ésta
empresa dice que ya no le salen los números en España, y que se va a realizar
su producción a su planta de Rumania, que le es mucho más rentable que la que
tiene en Martos. Y todo esto después de los trabajadores haber soportado dos EREs
que han hecho rentable a la empresa, después de haberse sacrificado hasta el
máximo estos trabajadores, ahora este es el pago que reciben de esta empresa,
que los deja en la calle mirando sólo unos números.
Analizando lo
que es el libre comercio y el capitalismo, esto es una práctica muy habitual
que se suele dar desde la óptica de la libertad en la toma de decisiones
empresariales y que lleva a situaciones como estas. Pero esa libertad en la
toma de estas decisiones debería tener sus límites cuando a una empresa se le
ha ayudado con fondos públicos. Fondos que pueden ir desde la puesta a su
servicio de suelo a precios bastante bajos, para la implantación en su día de
sus instalaciones, hasta distintas ayudas que en forma de subvenciones
directas, o préstamos bonificados le han podido conceder a ésta empresa. Y que
tendría que ser motivo más que suficiente, para que ahora Eldon España lo
tuviese tan difícil el marcharse que se lo pensaría dos veces antes de
proponerlo, y si lo hiciera estuviera obligada a devolver hasta el último
céntimo que en su día percibió, de tal manera que estas multinacionales no
tomaran decisiones de tanto calado como ésta tan alegremente y aprendieran que
hay que mirar un poco a quien en un momento dado te ha ayudado o a quien le facilitó
el camino para que esos balances que ahora tanto miran para marcharse de
rositas, lo hagan desde otro punto de vista que no dejase tirados a estos
trabajadores junto con sus familias, que al fin y al cabo repercutirá en la
económica de esta localidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario