En esta semana
se han vuelto a renovar los cargos del Eurogrupo y España no apoyó al ministro
holandés, Jeroen Dijsselbloem, como nuevo presidente del Eurogrupo, porque en
palabras del Ministro De Guindos "está infrarrepresentada en las
instituciones comunitarias", y por lo tanto se ha abstenido en la votación
de hace unos días. Pero esta actitud de España demuestra que no cuenta para
nada en la UE.
Con esta
minipataleta, España mostraba su indignación ante un hecho que es
manifiestamente estadístico: Rajoy no tiene mano en la UE. Precisamente el
nombramiento de Dijsselbloem es el último episodio fallido en diplomacia
económica del Gobierno del PP. La representación española maniobró hasta el
último momento para promocionar la candidatura del ministro De Guindos, pero la
fría acogida entre los vecinos europeos dejó el terreno despejado al laborista
holandés.
Y es que Rajoy
anda muy liado en estos días, pues las aguas bajan muy revueltas en el Partido
Popular y seguro que con tanto millón en Suiza, con tanto sobresueldo, se le ha
tenido que ir el santo al cielo y cuando ha querido acordar ha llegado a
Bruselas cuando estaba todo el pescado vendido. Y ya solo le ha quedado el
derecho al pataleo y el quedarse en el rincón de los malos castigados por no
haber hecho los deberes a su debido tiempo.
Es que este
presidente está demostrando el que no coge onda de por dónde van las cosas en
las instituciones que se toman las decisiones más importantes para nuestro país
y sus ciudadanos. No estando centrado en las cuestiones importantes donde se
pueden jugar muchos cuartos para todos nosotros. Por eso una vez más y ya van
no sé cuantas se le han colado con media entrada y cuando han llegado a la
fiesta ya estaban todos los puesto repartidos, de tal manera que se vuelve a
quedar España más sola que la una.
Este ostracismo
institucional es casi recíproco. Las instituciones europeas no llaman a los
conservadores españoles y los dirigentes populares reaccionan no asistiendo a
las cumbres. O viceversa. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, prácticamente
solo circula por el eje Castellana-Recoletos en Madrid, que le lleva de la sede
de Empleo hasta el Congreso de los diputados. A Báñez no le gusta salir al
extranjero, como tampoco a su compañero de bancada, Cristóbal Montoro. El
ministro de Hacienda no se reúne con sus colegas europeos ni practica su faceta
internacional. En el partido siempre se ha comentado que su desconocimiento del
inglés es un tema delicado.
Esto no son
formas de actuar de un gobierno que hace algo más de un año parecía que se iba
a comer el mundo y le criticaban hasta la saciedad que el gobierno de Zapatero
se colara de la mano de Francia y de rondón en la cumbres del G20, llegando el
entonces Presidente a ser llamado de todo por lo dirigentes populares.
Dirigentes que ahora viven en la inopia alejados de cumbres y eventos mundiales
decisivos y que lo único que único que están demostrando que saben hacer es
rezarles a Vírgenes y Santos, y parece que en eso pierden el tiempo de una
manera importante, o será más bien que con tanto lio interno dentro del partido
no les da tiempo de pillar el avión para ir a Bruselas a debatir con sus
colegas comunitarios miles de temas de interés que son vitales para nuestra
supervivencia, pero para eso hay que pasar muchas horas sin dormir y darse
muchos malos ratos que este gobierno no parece dispuesto a ello.
1 comentario:
Estupendo el artículo y genial el punto de vista. Es en Europa donde debemos luchar por lo nuestro... esta gente no se entera, y así nos va.
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