El secreto mejor guardado en los últimos años, terminó por desvelarlo el pasado sábado, aquel quien era el poseedor del mismo, y no era otro que ni más ni menos que el mismo presidente del Gobierno José Luís Rodríguez Zapatero, que durante meses o años ha ido deshojando la margarita si se quedaba o se iba, optando al final por la opción de marcharse.
Las meditaciones han tenido que ser muy fuertes y constantes para tomar una decisión de tan profundo calado. Y en ella ha tenido mucho que ver la situación de crisis internacional que se está padeciendo que pone contra las cuerdas a cualquier jefe del ejecutivo de cualquiera de los países del mundo, puesto que son a ellos a los que todo el mundo señala con el dedo, como culpables de la situación de angustia y amargura que se vive en todas partes.
A este Presidente del Gobierno, quizás le ha tocado la posición más incomoda que le puede tocar a un político, tomando decisiones y medidas que más bien pertenecen a un gobierno conservador, que a un gobierno progresista, y muchas de ellas influenciadas por la presión que le venia marcada desde Bruselas, que hace mucho tiempo que tomó la decisión de terminar con el estado social y por ende con el bienestar social, pues los costes son de elevada factura y eso la Europa conservadora no está dispuesta a asumir por nada del mundo.
Pero ahora que ya se ha deshojado la margarita, y se ha despejado la incógnita, muchos adversarios políticos se han quedado sin blanco e incluso sin discurso, pues ya no vale la descalificación al presidente y el discurso fácil del váyase, puesto que ya se ha ido, ahora lo que vale es la política de altura y de ideas, para que los ciudadanos puedan entusiasmarse con uno u otro proyecto, y con las propuestas e ideas que sobre la mesa se puedan poner.
Así es que ha llegado el momento de ponerse a trabajar de verdad, a dar el callo y dejar de lado el insulto y la descalificación, y desvelar las líneas maestras por las que pasará la acción de gobierno u oposición que a cada partido le encarguemos los ciudadanos, así como las medidas que cada cual pondrá en marcha si una vez pasadas las elecciones, los ciudadanos le otorgan la confianza para gobernar.
La verdad es que este tipo de política es mucho más difícil y complicada, pues hay que fajarse y tomar muchas decisiones que a los ciudadanos de a pie no nos gustan, pero nos la sigue marcando el mercado que al parecer es quien nos gobierna en lugar de los políticos, que son quien de verdad deberían gobernarnos. Ahora ya no valen medias tintas, ni debates ambiguos, ni el ridiculizar al presidente. Ahora hay que hacer política con mayúsculas, política con propuestas y soluciones, que es lo que la sociedad está demandando. El problema es que el anuncio del adiós de Zapatero a algunos les ha cogido con el pie cambiado y se les ha caído todo su programa electoral, pues lo tenían basado solamente en el acoso y derribo hacia él.
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