Los tambores y cornetas suenan por todos los rincones de los
pueblos de nuestra provincia para que cada una de las hermandades puedan
cumplir con su tradicional estación de penitencia que durante la Semana Santa
de cada año como manda la tradición vienen realizando por las calles de los
pueblos y ciudades. Semana de Pasión que últimamente se viene convirtiendo en
un gran reclamo para el turismo en nuestra provincia, haciendo que hasta esta
provincia lleguen un gran número de visitas que llamados por los tambores,
desean pasar entre nosotros unos días de asueto y disfrute con la excusa de las
procesiones de Semana Santa.
Este reclamo turístico se debe consolidar de una manera seria y
profesional como una opción más en la que el viajero que hasta nuestra tierra
quiera llegar, tenga muy claro lo que en ella se va a encontrar, lo que en ella
puede disfrutar y lo que se encontrará a cada hora en cada calle de cada rincón
de pueblos y ciudades, con esas majestuosas hermandades realizando su tradicionales
y centenarias procesiones.
Esas tradicionales procesiones, acompañadas de una tradicional
gastronomía muy particular de estos días de Semana Santa hace que en miles de
bares y restaurantes de la provincia se puedan degustar numerosos platos
típicos que deleitan a los paladares más exigentes que del arte del buen yantar
hacen su cultura y pasión, viajando hasta los más recónditos rincones de
cualquier lugar buscando esa comida típica y ese plato que poder degustar y que
de manera inédita sólo se cocina en este lugar o en ese bar o restaurante.
Papas con bacalao, potaje de garbanzos con panecillos, cazuela
de fideos, o el bacalao en todos sus géneros, son algunos de los platos que cualquier
viajero encuentra en esta provincia en esta época, para poder satisfacer el
hambre que un paseo procesional puede generar. Pero no sólo estos primeros
platos son los que nos encontramos a disposición de cualquiera en la provincia
de Jaén, sino que también podemos encontrarnos una gran variedad de dulces que
pueden ir desde las torrijas, pasando por
la leche frita, pestiños o roscos, de tal manera que tras un buen
potaje, nos endulzaremos la boca con alguno de estos deliciosos dulces que por
estas tierras se hacen con mimo y esmero.
Ya está más que consolidada la Semana Santa como gran reclamo
turístico de la provincia en su conjunto, que junto con su gastronomía, suponen
una gran carta de presentación al
turista que hasta nuestra tierra quiera llegar a pasar unos días de descanso,
acompañándonos en la Semana de Pasión y mezclándose como un habitante más,
dentro de las procesiones y hermandades que proliferan para poder realizar sus
correspondientes Estaciones de Penitencia de sus venerables imágenes que un año
más están en la calle en estos días.
Por eso este gran producto turístico debe ser tratado con un
gran punto de profesionalidad, de tal manera que el regusto o sabor de boca que
el viajero se pueda llevar, le haga poder repetir el año próximo y al otro y al
otro, como turista de Semana Santa que año tras año se viene acercando por
nuestra provincia, para venerar las imágenes y volver a saborear la gastronomía
tan nuestra y típica, que ya son de reconocido prestigio en el mundo entero.
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