En Estos días hemos conocido las cifras del paro y nos hemos encontrado
con la grata noticia que el paro bajó en el mes de noviembre en unas cuantas
personas. Personas que dejaron e engordar esta fatídica lista, para entrar en
el cada vez más maltrecho mercado laboral, gran damnificado de esta crisis y
que desde hace mucho tiempo no levanta cabeza con la graves consecuencias que
esto nos acarrea.
Que baje el paro siempre es una buena noticia, que 2.475 personas
encuentren empleo, es motivo de gozo y satisfacción, pues eso es lo que en esta
época todos estamos deseando y eso es lo que al sistema le hace falta, pues
este mercado laboral no puede aguantar con una cuarta parte de él sin aportar
nada al sistema, sino todo lo contrario sacando del sistema y diezmando las
reservas que el mismo tuviera de aquellos años de bonanza económica.
Pero esta bajada del paro no es para echar las campanas al vuelo, pues
con ella se confirma una destrucción neta de empleo, al bajar en 66.829 el
número de afiliados a la Seguridad Social, con lo que aquí hay algo que no
cuadra, algo que sigue sin funcionar en este sistema, pues no se puede concebir
que por un lado se diga que baja el paro y que por otro que bajan las
cotizaciones a la Seguridad Social en España, pues la afiliación a la Seguridad
Social, es un termómetro bastante fiable de la evolución del empleo, y la comparación anual arroja cifras negativas.
Pero a veces el mirarnos mucho en un espejo de las cifras del Servicio
Público de Empleo Estatal, nos puede llevar a estar viendo un espejismo, pues
no se sabe muy bien si lo que estamos viendo es una bajada real del paro, o por
el contrario el que ya hay menos gente que cobra prestaciones, más gente que
abandona el mercado laboral de este país, y por ello lo que simple y llanamente
hacen es no apuntarse a la listas del desempleo que controla este Servicio
Público de Empleo, con lo que en definitiva en lugar de tener menos parados lo
que sí es seguro que tenemos es menos apuntados.
Por su parte, el desempleo de los jóvenes menores de 25 años se
incrementó en noviembre en 1.230 personas, lo que denota que algo continúa
fallando, que este mercado laboral, no termina de incorporar a esos jóvenes
menores de 25 años que quieren por primera vez acceder a él cundiendo entre
ellos el desánimo y la desidia que es lo que hace que muchos de ellos terminen
por coger la maleta y marcharse hasta otros lugares más prósperos que les
permitan poder trabajar y de alguna manera empezar su nueva andadura en la vida
laboral que en España se le niega una y otra vez.
En nuestra provincia las cuadrillas de aceituneros en el pasado mes de
noviembre, y en este de diciembre, tiran mucho de las listas del paro, pero lo
mismo que en estos meses adelgazan esas listas, en los eses de febrero y marzo
las vuelven a engordar, pues la temporalidad de la campaña hace que una bajada
del paro en Jaén, sea una bajada meramente coyuntural, y que dura lo que dura
la campaña de recolección de la aceituna, con lo que todavía estamos bastante
lejos de encontrarnos en la senda de que la creación de empleo, sea una
realidad por ser un empleo estable y duradero que de verdad se refleje en una
bajada del paro y no en una bajada de los apuntados.
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