"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

NO HAY ACEITE NI PARA ECHAR UN CANTO



Seguramente más de uno de los que ahora mismo este leyendo este artículo, habrá oído o dicho la expresión de que no tengo aceite ni para echar un canto, refiriéndose a un canto de pan con aceite, expresión muy típica de muchas zonas olivareras y que a veces se repite entre los olivareros de esas zonas, de manera muy asidua y en carácter coloquial y de boca en boca entre las gentes de nuestros pueblos.
Esa expresión este año no es porque sí y no se dice por gusto. Esta expresión este año está más que justificada, al tener una de las cosechas más bajas que hace ya muchos años no se han conocido, y que realmente cuando se dice la expresión detrás de ella lleva mucha enjundia y mucha razón, pues a pesar de que los agricultores solemos ser gente exagerada, en esta ocasión la exageración es mínima a lo que se nos viene encima.
Y es mínima, cuando sabemos de sobra que la cosecha más baja de las últimas décadas, no nos alcanzara ni siquiera a cubrir los costes de explotación de nuestros olivares en el mejor de los casos, y en muchos de los casos ni para los costes de recolección, pues es tan poca la cosecha, que en muchos casos se recolecta por el amor propio que se le tiene a los olivos, más que por la rentabilidad que de ellos se pueda obtener.
Parándose a pensar bien un poco las consecuencias que esto nos va a llevar, pueden ser tremendas, y es que de entrada ya para este año apenas se ha generado empleo en la campaña de recolección, que como daño colateral nos lleva a que miles de jornaleros de esta provincia no puedan reunir ni tan siquiera las treinta y cinco peonadas necesarias para poder percibir el subsidio de la renta agraria durante el resto del año, con lo que de manera muy directa esos jornaleros en los pueblos no las va a quedar remedio que hacer la maleta y tener que emigrar a donde se pueda, pues la cosa esta tan difícil que el recurso de la emigración tiene también muchas dificultades ya que en ningún sitio atan los perros con longaniza.
Pero además para este año pocas serán las inversiones que se hagan en nuevos coches, en nueva maquinara, en mejoras de las explotaciones, o en algo tan común en nuestras zonas como el reformar las viviendas de los pueblos, que muchas de ellas cuentan con algunas décadas y necesitan cada año de una reforma para poder mantenerlas y que puedan seguir siendo habitables de manera digna.
Todo esto es una cadena, y en cada pueblo pasa lo mismo, y si no hay cosecha, no se echa abono, no se gasta dinero en la tienda del pueblo, no se gasta dinero en el bar del pueblo, en definitiva se paraliza totalmente la economía de cada uno de los pueblos en particular y de la provincia de Jaén en general, y es que si algo le faltaba a esta crisis que vive el mundo entero, es que la cosecha que tenemos bata el record histórico de ser la más baja que muchos de nosotros nunca hayamos conocido y que nos sirva desgraciadamente para hacer buena la expresión de que no tenemos aceite ni tan siquiera para echar un canto, porque realmente no lo tenemos, y las consecuencias se verán de ahora en adelante, que es cuando empieza lo duro.

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