En esta semana
ha saltado a los medios de comunicación la noticia de que hay varias marcas que
están bajo la sospecha de estar comercializando aceite de oliva etiquetado como
Virgen Extra y con contenido bien distinto en la botella. Situación ésta que se
viene repitiendo de manera machacona durante años y que pone en entredicho los
esfuerzos que todo el sector olivarero viene haciendo desde hace décadas para
conseguir que por las puertas de sus almazaras y cooperativas salga el aceite
de la mayor calidad posible.
Todo esto es
debido a que tenemos una normativa europea sobre envasado y etiquetado del
aceite de oliva demasiado laxa, que permite y da manga ancha para que se pueda
mezclar aceite de oliva con aceite de semillas con la mayor impunidad del
mundo, de tal manera que en este sector se han acoplado un gran número de
especuladores que lo único que ellos quieren es ganar dinero a toda costa,
haciendo lo que tengan que hacer, importándoles muy poco tirar por tierra el
trabajo de los demás, por que cuando este sector se haya hundido del todo,
ellos se llevaran su dinero hasta otros sectores u otras partes del mundo donde
se les vuelva asegurar pingües beneficios.
Y es que los
reglamentos comunitarios permiten que se pueda mezclar aceite de oliva con el
de semillas y que eso sea completamente legal, de tal manera que aunque en
España no se pueden comercializar este tipo de mezclas, si se pueden fabricar
perfectamente para llevarlas a cualquier otro país de la Unión Europea donde
este permitido su comercialización. Pero como vemos de vez en cuando aquí
también se cuelan algunas de esas mezclas, no sabemos si por error o de manera
intencionada. Pues hacer este tipo de fraudes, que como no son perjudiciales
para la salud, están muy poco sancionados para aquellos que los cometen, con lo
que le es mucho más rentable el pagar esa sanción, púes el beneficio obtenido
es mucho mayor que la sanción que pagaran en el hipotético caso que los
servicios de inspección los puedan detectar.
En los tiempos
que vivimos de crisis, paro y recesión, no se pueden permitir que normativas
comunitarias como esta, le den cobijo a empresas y empresarios de este tipo,
que al fin y al cabo a lo único que vienen es a destruir el sector y provocar
con esta argucias comerciales, una formación artificial de los precios, hasta
el punto de llevarlos a niveles que a ellos le son rentables para seguir
especulando en este mercado con su dinero, y llevando a la ruina a miles de
olivareros de todo el país.
Ha llegado el
momento en que se tiene que dar un cambio radical a todo esto, y España con su
Ministro de Agricultura a la cabeza, tiene que liderar ese cambio en Europa para
que de una vez por todas se endurezca la normativa, y se prohíba de manera
tajante el que se pueda mezclar y comercializar en Europa cualquier tipo de
aceite de oliva mezclado con el de semillas, y por supuesto aquellos que hagan
estas prácticas tan poco ortodoxas hoy en día e ilegales algún día, se les
expulse del mercado y de este sector, endureciendo las sanciones hasta el punto
que se pueda establecer la clausura y precintado de las instalaciones durante
el tiempo que pueda durar esa sanción.
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