En Los últimos días hemos visto como han aumentado de manera desmesurada las cargas policiales contra los estudiantes, sobre todo en Valencia. Cargas que nos transportan hasta otros tiempos, donde los grises campaban por sus respetos por todas las calles de las ciudades Españolas, dirigidos desde la puerta del Sol y arreando leña aquello que se movía fuera del patrón que el régimen marcaba en cada momento, a los que se les detenía y golpeaba sin compasión alguna como ha pasado en estos días.
Ahora resulta que ya no hay manifestantes, que ahora son enemigos, que lo único que hacen son sinvergüencerías y que como si de una vil batalla se tratara, en la que al enemigo ni agua, y lo que hay que hacer es machacarlo como sea porque lo demás es darle alguna vidilla que luego puede ser utilizada para revolverse contra uno y pillarnos la delantera con el fin de ganar esta batalla y por supuesto la guerra.
Sinceramente esto parece aberrante, es una metedura de pata impresionante, el tratar a aquellos que ejercen un derecho constitucional como el de manifestación, como si de enemigos en esta guerra que no se sabe bien quien ha empezado y sobro tos y lo más importante contra quien va. Bueno eso si que se sabe que es contra aquel que piense de manera distinta al gobierno, y sobro todo quiera expresarlo libremente en la calle, como se ha hecho durante todos estos años de democracia.
La euforia vuelve a la extrema derecha Española que parece haber copado las más altas esferas de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Y fruto desea euforia, parece que en está ocasión se les ha ido la mano, y cuando se calzan las el uniforme, que en esta ocasión no es gris sino azul, hay que golpear y machacar a todo lo que se mueva y sobre todo aquel que quiera decir lo que piensa si es contrario a la opinión de quien sustenta el gobierno y de quien tiene el poder más absoluto en este poder.
Se notan que corren tiempos duros y sobre todo para la clase trabajadora de este país, que son sobre los que se ha demonizado todos los desmanes y males de esta crisis, sobre los que se están cargando las tintas por haber sido tan malos que han llevado a esta país a la ruina, cuando los grandes magnates de las finanzas, se les premia con buenos puestos en el gobierno o en las altas esferas del poder del Estado.
El Gobierno tiene que echar el freno, porque estas situaciones no pueden repetirse bajo ningún concepto y sobre todo cuando se trata de garantizar los derechos fundamentales, el de manifestación, que por supuesto no puede colisionar en ningún momento con el de libre circulación de las personas. Por lo tanto se tienen que hacer encajes de bolillos para que esto siga siendo así y para que los ciudadanos que deseen protestar, puedan hacerlo sin ningún tipo de problema y aquellos que no lo deseen puedan circular libremente por la vía pública, pero no puede haber en una manifestación más policías que manifestantes, armados hasta los dientes, y dispuestos a emplearse a fondo contra esos enemigos que ahora se les llama a los manifestantes en este país, que lo que necesitan es mano dura y palo largo.
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