El escándalo de los ERE ha llegado a un punto álgido con las declaraciones del ex-chofer del ex – Director General. Esta la historia de los fondos públicos de ayuda a empresas en crisis otorgados de forma arbitraria y tal vez ilegal va ganando nervio narrativo con la incorporación inesperada de nuevos personajes que a su vez ofrecen nuevas y sabrosas revelaciones, como la que hemos vivido esta semana.
Francisco Javier Guerrero, el ex director general de Empleo andaluz, cuyo chófer ha confesado que “entregó en mano a su director general casi 60.000 euros de una subvención que le concedió y que se iban de juerga con esos fondos”. “Consumíamos cocaína a diario con el dinero de la subvención”. Aunque fue la coca lo que se llevó todos los titulares, en realidad el escándalo no está en la droga. Si es cierto que el ex director general de Empleo utilizó dinero de los ERE para comprar droga o cualquier otra cosa, eso sería lo de menos. De hecho, la Junta viene intentando desesperadamente circunscribir la corrupción de los ERE a la órbita personal y geográfica de Guerrero. El escándalo no es que Guerrero gastara dinero público en lo que le daba la gana: el escándalo es que pudiera disponer libremente de todo ese dinero sin que lo controlara absolutamente nadie. Mientras el PSOE se desvincula de lo sucedido y asegura que fue la Junta quien denunció el caso a la justicia y que todo se circunscribe al entorno del ex alto cargo imputado, desde el PP andaluz califican este último episodio como «más propio de la mafia siciliana».
La Junta hizo lo que tenía que hacer y puso este caso en manos de la Justicia, y no es para que esto se llegue a comparar con la mafia siciliana, como dice el PP, lo que está claro es que la situación es cuando menos bochornosa y que las alarmas tenían que haber saltado mucho antes de lo que han saltado para que esto no hubiese llegado a los niveles que ha llegado. Pero ahora que ya está todo esto en manos de la Justicia, lo que hay que hacer es dejarla que trabaje, investigue y hagas todas las diligencias que estime oportunas para que podamos saber toda la verdad.
Esto, nos debe llevar a pensar que el gran problema que está sufriendo nuestra economía mundial es la corrupción, en su más amplio sentido. Se han corrompido las mentes, la cultura, el trabajo y, sobre todo, se ha corrompido el sentido mismo de la vida. Si no hay honradez, ni seriedad, ni responsabilidad, ni solidaridad.
Y es que parece que la corrupción se está adueñando de la vida política en este país, pues estamos viendo como también en estos días se sientan ex presidentes de comunidades autónomas en el banquillo de los acusados, para ser juzgados por delitos bastantes graves, y que a buen seguro tendrán una sentencia en su día que si los declara culpables, tendrán que cumplir la condena que se les imponga por un juez en un procedimiento sumario e imparcial.
Lo que sí está claro es que los vicios y caprichos de un Alto cargo de una Comunidad Autónoma no podemos pagarlos el resto de los ciudadanos, hay todos tenemos que ser muy contundentes y caiga quien caiga.
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