"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

POBRES NAVIDADES

Decía siempre mi abuela que de San Andrés a San Antón pascuas son, y que pasando San Andrés quedan para la Pascua, tres semanas y días tres, y entonces en mi casa en honor a otro gran dicho de esta tierra, que dice que en San Andrés mata tu Res, se iniciaba un proceso de aquella economía de subsistencia que empezaba por hacer la tradicional matanza típicas de esta época y que serviría para poder llenar la despensa para unos pocos meses, con orzas de chorizo y morcilla en aceite, mientras se salaban paletas, jamones y tocinos, para que a lo largo del año tirar de veta y tener siempre algo que echarse a la boca, a todo esto también se sumaba una gran parafernalia para confeccionar un gran número de dulces caseros, tales como tortas, mantecados, o rosquillos, en los que se utilizaba sobre todo manteca, harina o aceite de oliva, y que serían los que alegrarían las venideras Navidades.
Pero eso que ocurría hace muchos años, o no tantos como dirían los mayores, y todas estas tareas de cualquier familia, servían al fin y a la postre,  para poder mantener un nivel de vida adecuado en cada uno de los hogares, y sobre todo lo que era más importante en aquellos años poder tener siempre en la casa algo que comer, de tal manera que las Pascuas se pasaban con felicidad y alegría, donde en la mayoría de las casas se degustaban buenos y exquisitos manjares, caseros esos sí, pero buenos y se cantaban alegres villancicos con zambombas y panderos que hacían nuestro abuelos. Y al final no se tenían dineros, pero se cantaba, se bailaba y se disfrutan con alegría todos estos días.
La situación ahora parece que haya que volver a desenterrar aquellos rituales que de tanto eco se ha hecho el refranero Español, por que ya el Jamón se compraba ibérico, los polvorones y mantecados de Mata o productos Campos de Arjona, y las zambombas y panderos son de plástico traídos en grandes contenedores desde China, y así hemos podido disfrutar de las navidades de lo últimos años. Pero como el presupuesto ya no da para todo eso, tenemos que volver a lo de antaño a tener remangarnos ahora, si no queremos pasar unas pobres navidades,  empezando por desenterrar y desempolvar aquellas milenarias recetas de nuestras abuelas para hacer las matanzas, o las de los ricos dulces de navidad, y las letras de los villancicos que alrededor de la mesa se cantaban en la noche de nochebuena. Todo eso parece haberse perdido, parece que ya nadie puede recuperar el pasado y volver a lo de antes, pero la situación se pone tan cuesta arriba que no nos quedará más remedio sino se quieren pasar unas pobres navidades, en las que ni siquiera tengamos un mantecado con que endulzarlas.
El problema es que ya no tenemos nuestras casas ni viviendas adaptadas para eso, por que yo por muchas vueltas que le doy no se donde voy a criar los cerdos, conejos o gallinas, en la mía, o donde haré la matanza o las tortas, magdalenas o mantecados. Simplemente me doy cuenta que volver al pasado es misión bastante difícil, la cuestión es que pobres navidades son las que me quedan que pasar.

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