En estos días estamos despidiendo uno de los peores años por los que ha pasado nuestro país en las últimas décadas, un año de infausto recuerdo para muchas familias españolas que atraviesan la mayores dificultades de su vida, y que preferirán no tener que acordarse de nada de esto en los venideros y por supuesto que su situación se alivie y mejore poco a poco en los próximos meses y o semanas.
El año 2.011 será recordado como el año en el que se batieron cifras record del paro, por las cuales el número de parados llego a ponerse en datos que nadie podía sospechar unos cuantos años antes o tan siquiera el año pasado, donde la cifra de parados que ahora tenemos, la veíamos como en lejanía, pues la misma parecía como algo psicológico que de llegar a ella sería la catástrofe ante la que todos sucumbiríamos sin poder salir de ella jamás en la vida.
Aunque en el año 2.011 también ha habido algunas cosas buenas, pocas eso si, pero tenemos que verlas en el lado positivo, por la relevancia que tienen en nuestro país, y no es ni más ni menos que el abandono de las armas y la violencia por parte de la banda terrorista ETA, que tantas víctimas le ha costado al pueblo español, por no dejarse doblegar el pulso y defender unos valores democráticos que los terroristas nunca habían aceptado y querían imponernos sus criterios con la fuerza de las armas y el terror, pero al final una vez que se han visto derrotados por la democracia, no les ha quedado más remedio que tener que deponer su aptitud para acatar las principios Constitucionales y Democráticos que se ha dado el pueblo español.
Este año que en unas pocas horas vamos a despedir, es el año en el que las elecciones, municipales, autonómicas y generales, tiñeron de azul el mapa de España, otorgándole un amplio poder al Partido Popular, al cual los ciudadanos sentaron primero al frente de ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas, para culminar en la banco azul del Congreso de los diputados, para que con los Ministros, Diputados de su amplio grupo parlamentario que le han otorgado las urnas, puedan llevar a cabo todas las reformas y medidas que sean necesarias para poder sacar a los ciudadanos de esta feroz crisis que estamos padeciendo.
Muchos cuando el reloj de la Puerta del Sol de las campanadas de despedida de este año, miraran al cielo para suspirar que este año ya se ha terminado y que con él se llevara muchos de los grandes problemas que a ellos le ha traído y que le han complicado la vida y de que manera, al ver como muchas de las ilusiones de toda una vida han sido truncadas y tiradas por tierra al estallar una de las mayores crisis del mundo y sin precedentes que como muchos dicen ha venido para quedarse y por lo que parece por mucho tiempo.
Ya lo único que queda es pedir que año que viene sea por lo menos como este y mejor lo que Dios quiera, ya que siempre todo es susceptible de empeorar y no vaya a ser que tengamos que acordarnos de aquello que cualquier tiempo vivido fue mejor.
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