"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

UN NUEVO RECURSO TURÍSTICO PARA LA PROVINCIA


El pasado viernes reabría sus puertas el Balneario de Marmolejo y con él se inauguraba el centro de interpretación del agüista. Unas remozadas instalaciones que se ponen de nuevo a disposición de los marmolejeños y marmolejeñas y de todos aquellos que a bien lo tengan venir a visitarnos para poder beber nuestras minero-medicinales aguas. Aguas que en el año 1869 fueron declaradas oficialmente minero-medicinales, hecho que supuso el reconocimiento internacional del Balneario. Aguas que manan de sus tres fuentes, la de San Luis, la de Buenaesperanza y la Agria, para ser bebidas por cualquier viajero que precie venir a conocerlas.
Grandes personajes de la época, como el sultán de Marruecos, Muley Dafid, la infanta Isabel de Borbón, los hermanos Álvarez Quintero e incluso el premio nobel español Ramón y Cajal, llegaron hasta Marmolejo a beber sus beneficiosas aguas. Todos ellos atraídos, no sólo por las cualidades de las mismas sino, por la belleza y el esplendor que por aquellos años tenía ese entorno idílico del Balneario de Marmolejo con el resto del municipio, además por la hospitalidad, generosidad y buena acogida que siempre han dispensado los vecinos y vecinas de Marmolejo a todos sus agüistas.
El Balneario para Marmolejo es algo más que un lugar donde se puede llegar a beber el agua de sus manantiales. El Balneario de Marmolejo es algo que todos los marmolejeños y marmolejeñas, sean de nacimiento o adopción, llevamos superpuesto en nuestro ADN como si de un cromosomas más se tratase. Viviendo con él sus avatares, que son muchos dejando unos más huella que otros, a lo largo de su historia, o más bien por aquello de que perdura en el tiempo, de nuestra historia que es mucho más corta que la de este hermoso lugar como se ha venido demostrando.
Son esas huellas que en un momento determinado generan repulsa o animadversión hacia aquellos que han tratado de hacer algún daño al Balneario, de una o de otra manera, atacando esa parte del alma que todos llevamos dentro. Atacando ese sentimiento que desde tiempos inmemoriales acompaña a Marmolejo y a toda su historia. Esas huellas de estos zarpazos dejan una profunda cicatriz en todos nosotros que jamás podremos olvidar por mucho tiempo que pudiera pasar y que aquellos que fueron culpables de ellas siempre serán señalados por el dedo de todos los marmolejeños y marmolejeñas allí por donde quieran que vayan.
Marmolejo y el Balneario han estado unidos y están unidos desde hace más de cien años en su historia significando, para este pueblo de la campiña de Jaén, que su economía antaño en buena parte dependía de él, que como motor de ella, hacía que en este pueblo existieran, en los años de mayor auge, un gran número de hoteles, fondas y casas de agüistas, que le daban alojamiento a los miles de personas que hasta aquí llegaban a tomar las aguas cada temporada.
Por eso el Balneario por nada del mundo se podía perder de Marmolejo y así de claro lo tenía el nuevo equipo de Gobierno que tomamos posesión en 2015, con su Alcalde Manolo Lozano a la cabeza, actuando rápidamente sobre unas instalaciones casi destruidas y abandonadas, recuperándolas en la medida de lo posible, volviéndolas a poner en valor para que de nuevo fuese un motor de la economía del pueblo y por supuesto un recurso turístico más para la provincia de Jaén.


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