"Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se piensa es aún más difícil"

EL VERANO Y LOS INCENDIOS FORESTALES


Todos los años la plaga de los incendios forestales viene a visitarnos en estas fechas veraniegas para hacer de las suyas y arrasar unas cuantas valiosas hectáreas de nuestros montes. Porque con un sólo metro cuadro que se nos queme estaremos perdiendo buena parte de nuestra riqueza que la naturaleza nos brinda sin pedirnos nada a cambio en esos bellos paisajes, que muchas veces vemos como son pasto de las llamas si piedad ni compasión, convirtiéndose en cenizas que sólo dejan tristeza y desolación en esos lugares que tan hermosos eran antes del fatal siniestro.
Siempre me acordaré de aquel viejo lema que decía que cuando el monte se quema algo tuyo se quema, que no puede ser más cierto, puesto que el monte pertenece a nosotros, pero tenemos la obligación de dejarlo en herencia para nuestra generaciones futuras, que lo encuentren en muchas mejores condiciones que como lo hemos recibido nosotros y no todo lo contrario cuando se produce un incendio forestal y con mucho más delito cuando ese incendio forestal ha sido provocado por la mano del hombre, que sin piedad prende el monte, para que todo sea arrasado por la llamas en muy pocos minutos.
Pueden ser muchas las causas que provoquen un incendio forestal, unas naturales como sería la caída de un rayo, otras negligentes, como es el mal uso del fuego en tareas agrícolas o forestales, otras fortuitas como las derivadas de otros tipos de trabajos en zonas forestales. Pero si hay una que está por encima de todas y que no puede tener ningún tipo excusa que la podemos calificar como atentando contra el medio ambiente, esa es aquel incendio que se provoca de manera intencionada, donde la mano del hombre es la que prendió la llama para que todo comenzara a arder de manera premeditada y descontrolada, ya que estos pirómanos suelen escoger los días de más calor a los que se les suma fuertes rachas de viento para que el fuego se propague rápido.
Cuando el monte se quema por la acción de un pirómano, como nos ha ocurrido en las últimas semanas aquí en marmolejo, hay que indagar hasta en el más mínimo detalle para que se puedan saber las causas del fuego, tratando de buscar al culpable o culpables, para llevarlo delante de la justicia que le caiga sobre él o sobre ellos todo el peso de la ley, de tal  manera que le sirva de un buen escarmiento y de ejemplo para todos aquellos que en un momento determinado pudieran estar pensando en perpetrar las mismas acciones.
En la provincia de Jaén podemos presumir de tener una de las mayores extensiones forestales de España, la cual no podemos permitir que estos pirómanos quieran acabar con ella por no se sabe que intereses puedan tener ocultos cuando llegan a préndele fuego al monte. Pero sea cuales sean los intereses nunca pueden estar por encima de lo que es el interés general y colectivo que tiene que prevalecer a todos estos, siempre y en todo momento.
La naturaleza y nuestro monte mediterráneo, como ya he dicho, es algo que hemos heredado de nuestros antepasados, por lo que debemos mantenerlo y consérvalo si es posible en muchas mejores condiciones que lo recibimos, para que podamos dejárselo a las generaciones venideras para que ellos puedan seguir disfrutándolo como nosotros los hemos hecho.

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