QUE SERÁ DE LA UE

Estamos viendo que muchas de las políticas de la Unión Europea están demasiado alejadas de la realidad que demandamos los ciudadanos, produciendo esto un rechazo importante a la Unión Europea y a todas sus instituciones. Rechazo que se refleja en un Euroescepticismo en todos los países de la Unión donde vemos día a día como aparecen grupos y partidos políticos que cada vez cuestionan más los pilares básicos de la Unión Europea, por estar totalmente fuera de las necesidades de la ciudadanía europea y ser inservibles para la misma, como lo pudieron ser en el pasado.

Reino Unido ya ha tomado la decisión de abandonar la UE. Decisión que al principio nos resultara sorprendente a muchos, pero que analizándola fríamente, podemos llegar a la conclusión, de que los Británicos nunca se han sentido Europeos y ni mucho menos han tenido arraigado ese sentimiento como lo podamos tener los españoles, franceses, italianos o alemanes por ejemplo. Ellos lejos de integrarse de pleno, siempre han tratado de marcar la diferencia, no aceptando nunca el euro como moneda, conduciendo totalmente al contrario de cómo se conduce en toda la UE, teniendo un sistema de medidas propio y diferente al sistema métrico decimal o adoptando un sistema jurídico que dista mucho de los sistemas comunitarios y basado principalmente en la costumbre.

Pero la salida de Reino Unido, le costará caro a ellos casi con toda seguridad, sin olvidar que también nos saldrá bastante caro a los demás ciudadanos comunitarios, de tal manera que quizás todavía no podemos alcanzar hasta cuanto será la repercusión que esto tendrá para el resto de los Estados Miembros de la Unión Europea, provocando cuando menos una tormenta económica de serias consecuencias que al fin y al cabo repercutirá y terminará por reflejarse en todos nuestros bolsillos de una manera bastante seria.

Aquella Europa de los ciudadanos y de los pueblos, está hoy más en entredicho que nunca, está como se suele decir en la cuerda floja y todo por querer imponer una política económica severa y estricta, que le da una gran tarascada a la política social que tanto de la Unión como de los Estados Miembros, se venía poniendo en práctica con el fin de conseguir el bienestar de los ciudadanos, que ahora vemos como lo único que sufrimos son recortes y más recortes para que al final los números de la macroeconomía cuadren.

Aquella Unión Europea que comenzó a fraguarse en los años 90 del siglo pasado, parece ser que no va a ser tanto, asistiendo atónicos a su desmembramiento, ahora con la salida del Reino todavía Unido, pero con muchos Estados diciendo aquello de lo mío qué, para poder posicionarse y tener una clara ventaja sobre el resto. Entrando de lleno en un posible desmoronamiento o en lo que muchas veces venimos escuchando de la Europa de dos velocidades, en la que habrá un pequeño grupo de países a la cabeza y el resto como mucho sólo podremos conseguir ir a rueda pero a unos pocos o muchos kilómetros de distancia, de tal manera que esos países locomotoras soportarán al resto porque les conviene tener un amplio mercado de muchos millones de habitantes.

Todas estas cuestiones y otras muchas, le tienen que hacer reflexionar a los dirigentes de las instituciones Europeas, para que no entremos en la senda bastante peligrosa de la Europa de dos velocidades o la del desmoronamiento de la Unión Europea tal como la conocemos.