El actual
Gobierno de la Junta de Andalucía asumió con la juventud andaluza el compromiso
de realizar durante la presente legislatura una Ley de Juventud que
desarrollase y garantizase sus derechos de ciudadanía adquiridos en la
Constitución Española y en el Estatuto de Autonomía de Andalucía. Una Ley en la
que los jóvenes tienen más oportunidades en Andalucía. Porque no sólo
son el futuro, también son el presente de esta tierra. Esta Ley que está en
tramitación parlamentaria, ha superado el debate de totalidad en el Parlamento
andaluz al rechazarse, con los votos en contra del PSOE-A, Cs e IULV-CA y la
abstención de Podemos, la enmienda a la totalidad con propuesta de devolución
que había registrado el PP-A.
Esta norma
elevará a rango de Ley todas las políticas que desarrolla la Administración
autonómica para el colectivo de los jóvenes, especialmente las dirigidas a
favorecer la inclusión laboral, el acceso a la vivienda y la preservación de
sus derechos frente a las dificultades socioeconómicas y los recortes impuestos
en el ámbito estatal. Recortes que han supuesto hasta el día de hoy una merma
importantísima en los derechos de los jóvenes, de los que la Junta de Andalucía
está obligada moralmente a resarcirlos.
Está Ley
debería salir adelante con el consenso de todos los Grupos Políticos, porque lo
único que va a hacer es blindar las medidas ya llevadas a cabo en juventud por
parte de la Junta de Andalucía, como los planes de empleo o la bonificación de
matrículas universitarias, una medida de la que, según ha puesto de relieve,
"ya se han beneficiado 87.000 jóvenes en Andalucía, 10.000 más de los que
se preveían. Medidas que en principio pueden parecer una ambigüedad pero que al
fin y al cabo pueden resultar de suma importancia y de ayuda para todos los
jóvenes.
Debemos
ser conscientes, que tenemos casi una generación perdida entre el colectivo de
los jóvenes, por el asedio que se ha sufrido en esta gran crisis que aún está finalizar,
que ha golpeado duramente a este colectivo, terminando por expulsar a muchos de
ellos fuera del país, para poder buscar un futuro mejor, o tan siquiera un
futuro. Futuro que ha quedado demostrado que aquí no lo tenían, a pesar de ser
la generación mejor preparada que había, muchos de ellos con varias carreras,
prestigiosos masters y no les ha quedado más remedio que tener que coger la
maleta y marcharse en busca de por lo menos es futuro, que cualquiera
legítimamente pudiera desear.
Hace poco
leí un artículo que decía que la Agencia Gallup, famosa por sus encuestas de
sondeo de opinión, el 4 de mayo de 2011 publicó los resultados de una encuesta
entre norteamericanos, preguntándoles si los jóvenes de hoy disfrutarán de una
vida mejor que la de sus padres, a lo que el 44% respondió que no. Con este solo dato no
podemos llegar a ninguna otra conclusión. Es un dato abierto que no ofrece
elementos suficientes para asentir o disentir, aunque personalmente podemos
estar de acuerdo o en desacuerdo con ese 44%. No obstante el resultado de la
encuesta da para pensar. La pregunta no es superficial, por eso se hizo y por
eso tuvo respuestas.
Ciertamente
este dato en muy preocupante, máxime cuando la encuesta era entre norteamericanos,
que a priori están mejor situados, por lo que no sería de extrañas que entre
los españoles el porcentaje sería mucho mayor que ese.
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