Esta semana he leído
que en nuestro país vecino Portugal, la oposición y el Gobierno se han puesto
de acuerdo en las medidas que van a poner en marcha para la recuperación social
y económica del país. Medidas que son totalmente imprescindibles para poder salir
de la crisis que a nivel mundial ha provocado esta pandemia sin precedentes y
que trae de cabeza a todos los países. Donde todos hemos visto como han tenido
que paralizarse prácticamente en su totalidad, para poder hacerle frente al
virus que nos está golpeando desde hace tiempo.
La verdad es que cuando
leí la noticia sentí una envidia al ver como políticos de ideologías totalmente
opuestas se sientan cara a cara para dejar de un lado los intereses partidistas
y anteponer los intereses de su país y con ellos los de sus ciudadanos aunando todos
los esfuerzos posibles que los llevan a salir de esta crisis más pronto que
tarde sin pensar en los réditos electorales que una u otra medida les pudiera
acarrear a cualquiera de los dos partidos, el que está en el Gobierno, o el que
está en la oposición en estos momentos.
Rápidamente se me vino
a mi mente un valor que no se debe perder en política, como el de la lealtad.
Valor que en los últimos tiempos no está, ni se le espera en ningún momento.
Puesto que el principal partido de la oposición, junto con la ultraderecha están
instalados en la estrategia de acoso y derribo del Gobierno, asediándolo y
machacándolo continuamente día sí y día no, para hacerlo caer y postularse
ellos como los salvadores de la patria, o los mejores patriotas, donde para
ellos lo único que importa es el territorio sin tener para en cuenta a sus
ciudadanos y ciudadanas.
Aquellos políticos que
hacen uso de éste valor de la lealtad, son los que realmente tienen altura de
miras y por supuesto, marcan una importante diferencia con los que en su
diccionario no existe esa palabra, pudiendo calificarlos a estos últimos como
unos políticos mediocres que lo único que saben es ser unos oportunistas, para
que en situaciones de extremada necesidad como ésta dejen caer al Gobierno,
legítimamente elegido en la urnas, importándoles tan sólo su ventaja electoral
que pueden sacar en un determinado momento, aunque los cuidadnos y ciudadanas
estén pasando autenticas necesidades.
Sinceramente creo que lo
que han hecho en Portugal los Partidos del Gobierno y de la Oposición, es lo
que hay que hacer en estos momentos cuando se actúa con lealtad y patriotismo.
Es lo que hay que hacer, cuando se es un político de altura, que antepone por
delante de cualquier cosa los intereses de los habitantes de todo un país
entero, a cualquier otro interés de tipo partidista o particular, que en un
momento determinado le podría dar mejores resultados y por supuesto muchos más
votos en un periodo electoral.
Pero está claro que
ahora no toca pensar en los votos, sino en los ciudadanos y ciudadanas de un
país entero al que la pandemia ha azotado de una manera contundente y que estamos
muy necesitados de medidas que nos sirvan realmente para poder salir de esta
situación lo más rápido posible, por lo que hay que dejarse de luchas
partidistas y sacar, aunque cueste mucho, ese valor de la lealtad, para poner
negro sobre blanco todas las medidas necesarias que reconstruyan a España
social y económicamente.
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