Cuando
uno, que lleva unas cuantas décadas ya en torno al sector del aceite de oliva, escucha o ve alguna noticia de este tipo, y no
puede resistirse a indagar y profundizar sobre el tema. Y sobre todo a
contrastar la información tratando de llegar hasta el fondo del asunto para
saber la verdad de lo que ha ocurrido y el porqué de esta sanción a este
importante grupo cooperativo español, que no se nos puede olvidar que es el
mayor de toda España en facturación del ejercicio 2017 y que ahora lo ponemos
en entredicho con muy pocas contemplaciones.
Viendo
todas las versiones de la noticia, uno se da cuenta que esto viene a cuento de
una tema ya rancio, como es el Tráfico de Perfeccionamiento Activo, el famoso
TPA. Una práctica que llevan años haciendo los grandes operadores de este
sector, y que además está plenamente reconocida y amparada por los reglamentos
comunitarios, con lo a priori nada es ilegal y nada está fuera de norma si se hace
como marcan las normas comunitarias, en todos los sentidos, inclusive cuando
hay que pagar esta hipotética sanción, que no es tal, y que tanto se está
aireando en la prensa en estos últimos días.
El TPA es
una práctica que consiste en que desde un país no comunitario, se puede traer
aceite a cualquier país de la UE, para que sea refinado y sí ese aceite sale a
un país de fuera de la UE en un plazo inferior a seis meses, estaría exento de
pagar el correspondiente arancel que fija la Unión Europea para estas grasas.
Pero de lo contario si se supera ese plazo de los seis meses, el operador que
lo ha traído, está obligado a pagar el correspondiente arancel, como si de una
importación sin más se tratara.
Esto es lo
ocurrido en este caso. Ni más ni menos que Dcoop, está usando una práctica que
está totalmente reconocida y amparada por la normativa comunitaria, que nos
hace pensar a muchos, que ¿por qué cuando la hace Dcoop pensamos que es ilegal?,
mientras que si la hace cualquier otro operador del mercado aceitero, no nos
escandalizamos tanto y la damos por bien empleada, en aras de aumentar la cuota
de mercado y poder conseguir un mejor posicionamiento del aceite de oliva
español en los mercados internacionales, o en el de Estados Unidos, como sería
el caso del que estoy escribiendo hoy.
El
problema es mucho más de fondo que todo esto. Es tan sencillo como que Dcoop ha
venido al mercado para quedarse, que no es flor de un día, y que para otros
operadores, verla situada en los mismos mercados que ellos han campado por sus
respetos, le levanta unas ampollas impresionantes, porque le están
quitando parte de su cuota de mercado
que ellos tenían a su recaudo de una manera muy acomodada con pingues
beneficios que se repartían entre sus socios, mientras que los productores nos
quedamos con cara de asombro viéndolas pasar.
Ahora que
hay una empresa, que es de los agricultores, que hace lo mismo que venían
haciendo estos grandes, tratamos de acusarla de prácticas ilegales. Prácticas
que perjudican según ellos al mercado del aceite. O realmente a los que están
perjudicando son a los que campaban a sus anchas en estos mercados. Porque si
esto es tan perjudicial para todos, con prohibir las importaciones de aceite
para toda la UE está todo solucionado.
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