Ha sido
empezar a llover de una manera más o menos abundante, y de manera misteriosa ha
comenzado a bajar el precio del aceite, sin atender a ninguna razón lógica que
pueda darnos una pista de porque este precio se cae por los suelos casi por
arte de magia, como está pasando en estos momentos que desde finales de febrero
inició un descenso que se ha ido pronunciando en el tiempo y que nos lleva a
niveles que hacía años que ya no se conocían y que parecían que estaban muy
lejos de que se volvieran repetir, o más bien ya ni nos acordábamos.
Parece que
una mano invisible mece la cuna y mueve los precios del aceite a su antojo y
capricho, de tal manera que la mayoría de las veces deja fuera de juego a todo
un sector productor, con la fortaleza que pueda tener el mismo, dándose uno
cuenta que es demasiado pequeño en esta aldea global como se le llama ahora, en
la que se rige por el libre mercado y el libre comercio, que no es tal, por
cuanto los que compran son muy pocos, mientras que los que vendemos somos
muchos y la mayoría de la veces muy mal avenidos.
Todos
podemos pensar que el mundo cooperativo en la provincia de Jaén es bastante
fuerte, pero cuando uno ve estos movimientos tan extraños, se da cuenta que a
pesar de su fortaleza, influye muy poco o casi nada en la formación de los
precios del aceite, sino más bien se los ponen desde otros lugares, que desde
aquí no sabemos muy bien donde se encuentran, o tenemos demasiada dificultad en
ir a buscarlos, para que podamos ser influyentes de una manera decisiva, que
permita poder tener un precio estable y rentable que permita todos los
olivareros poder vivir de este cultivo, de tanta importancia para la provincia
de Jaén.
Pero ahora
más que nunca debemos hacer fuerte ese mundo cooperativo de nuestra provincia,
estableciendo importantes sinergias, de tal manera que podamos tener grupos que
sí puedan ser influyentes en este mercado global, que puedan poner precios y
que no se los impongan, que puedan colocar el aceite de Jaén en cualquier parte
del mundo con una gran facilidad y con volúmenes adecuados que no puedan ser ninguneados
por nadie, como hasta ahora mismo lo estamos siendo, y lo único que podemos
hacer es sentarnos a verlas venir.
En esta
jungla que se llama comercio, o nos hacemos fuertes o seremos devorados por el
más grande, que será al fin y al cabo el que imponga su criterio, importándole muy
poco lo que nos pueda perjudicar en un momento determinado. Hay que hacerse
fuertes para poder tener esa posición dominante que tanto necesitamos y que no
podemos dejar perder para que la ocupen otros que no miraran por los pequeños
olivareros o por las cooperativas que tenemos en cada uno de nuestros pueblos,
que en su día sirvieron para unirnos a todos en defensa de un gran producto
como es el aceite de Jaén, ya que la mano invisible sigue meciendo la cuna, y
no sabemos si la mece para que nos podamos dormir o a final nos mecerá tan
fuerte que podrá tiranos de la cuna y seguro que el batacazo que nos daremos
será bastante gordo, a pesar de todo los fuertes que nos creemos que somos.
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