Se
ve que el tórrido calor le hace a muchos decir tonterías, no teniendo otra cosa
mejor que ir por ahí, por la redes sociales metiéndose con la gente y sobre
todo con todos los andaluces y andaluzas, por el habla que tenemos, haciéndolo
en la figura de la presidenta de la Junta de Andalucía, máxima representante
institucional de nuestra Comunidad Autónoma, donde este y con quien este, por
lo que si alguien trata de mofarse de ella, de su habla o de sus costumbres, lo
está haciendo de un pueblo entero, el Andaluz y por supuesto de mí, que soy
andaluz por los cuatro costados igual que español y que me siento orgullo de
serlo, tanto lo uno como lo otro, pero no me siento tan orgulloso de quien
hasta hace poco nos representaba a los españoles en Washington.
Señor
ex Cónsul, sepa usted que el andaluz, es un dialecto o variedad lingüística
histórica
de la lengua española,
que dentro de España
se habla en Andalucía,
Ceuta, Melilla y por andaluces emigrados principalmente a grandes ciudades españolas, como por ejemplo Barcelona.
También
se habla en Gibraltar, un territorio británico de ultramar y convive en Portugal
al este del Algarve en poblaciones limítrofes a Huelva. Lingüísticamente
comparte muchas características con las variedades usadas en zonas de
Extremadura, Castilla-La Mancha y la Región de Murcia. Existen numerosos
registros del dialecto andaluz en el Atlas lingüístico y etnográfico de
Andalucía. A veces se lo ha denominado «modalidad lingüística andaluza».
Como
ya digo con esa burla o mofa que este señor hizo hacia nuestra Presidenta, lo
hace hacia una cultura y hacia un pueblo. Por lo que me alegra enormemente que
el Ministro de Asuntos Exteriores lo haya cesado de manera fulminante, pues
este tipo de personajes que van por la vida insultando y burlándose de las
personas por su habla, no son merecedores de ostentar ningún puesto de estos
como el que estaba ocupando, teniendo bien merecido este cese sin contemplación
alguna.
Pero
conviene también recordarle a este señor, que esta tierra ha sido cuna de
grandes escritores que con su particular habla andaluza, han sabido ensalzar
los más bellos poemas o poesías. Tal vez le suenen algunos de ellos como: Juan
de Mena, Baltasar del Alcázar, Luis de Góngora, Francisco Martínez de la Rosa, Gustavo
Adolfo Bécquer, Manuel y Antonio Machado y Ruiz, Juan Ramón Jiménez, Federico
García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Antonio Muñoz Molina o Vicente
Aleixandre, entre otros muchísimos más de una vasta y extensa lista que a buen
seguro llenaría varías páginas de este diario.
No
sé si usted habrá leído algo de algunos de ellos, pero a juzgar por sus
expresiones en las redes sociales sobre nuestra habla, me temo mucho que no,
pues si ellos levantarán la cabeza, seguro que muchos alzarían la voz para
recriminarle y reprocharle los insultos que nos profesa por hablar
como hablamos, como lo hago yo y lo haré siempre, y que por supuesto por lo que
usted nos diga y nos insulte no vamos a cambiar, y seguiremos ceceando y
seseando, que además está aceptado por la Real Academia de la lengua.
Ahora
que ya lo han destituido señor Enrique Sardà, lo único que le queda es pedirnos
disculpas a todos los andaluces y andaluzas por su insultante comentario. Ya
que sus burlas y mofas en esta tierra nos hacen poca gracia.
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