Esta semana me hubiera
gustado escribir de nuestra feria de los pueblos. Pero la situación que estamos
viviendo en nuestro país, resulta tan inédita como grave, que no puedo dejar de
dedicarle estas cuantas líneas a este estado de alarma que se ha decretado por
el Gobierno y que no va a tener metidos en casa durante por lo menos quince
días, si no se empeora la cosa con el consiguiente alargamiento que esto podría
conllevar, dejando a la población durante casi un mes dentro de nuestras casas
sin salir a la calle, nada más que para lo imprescindible.
Esta situación creo que
nadie de los que habitamos en este país por estas veinticuatro horas, la
habíamos vivido de modo alguno, con lo que es totalmente extraordinaria y por
supuesto lo más duro que muchos recordaremos quizás a lo largo de toda nuestra
vida, pero cuando se toma una decisión de este calibre, es porque el riesgo que
se corre, según los expertos, es altísimo, y por supuesto a pesar de que cada
uno podamos tener nuestra propia opinión al respecto, no queda más remedio que
tener que respetarla al máximo, porque de lo contario esto puede ir para
bastante largo.
Por eso ahora que ya se
ha tomado esta drástica y dura decisión, tenemos que ser muy respetuosos y
consecuentes con ella, de tal manera que logremos vencer lo más rápido posible
a este virus, que en forma de pandemia amenaza a toda la humanidad, logrando
así no prolongar en el tiempo este confinamiento que nos mantiene a todos y
todas en nuestra casa, en estado permanente de cuarentena, desde que se
decretara el estado de alarma por el Gobierno, y con la advertencia que aun
siendo por quince días, podría prolongarse de no hacer las cosas bien los
ciudadanos y ciudadanas.
Los daños de este virus
están siendo ya letales para una parte de la población que está falleciendo a
consecuencias del mismo. Pero los daños económicos van a ser irreparables para
muchas empresas y negocios, ocasionándoles perdidas de las que difícilmente
podrían recuperarse ni tan siquiera a medio plazo, puesto que este estado de
alarma a consecuencia del dichoso virus, ha paralizado sectores enteros de la
economía, que tendrán que poner de nuevo el contador a cero para que poco a
poco puedan empezar a recuperarse de la situación tan maltrecha que van a
quedar.
Lo que sí está claro,
es que de la situaciones de crisis tenemos que aprender y sobre todo tratar de
salir de ellas bastante reforzados para la próxima vez que puedan ocurrir
afrontarlas de mucha mejor manera que lo podamos tener en este momento,
estableciéndose por parte de las distintas administraciones medidas que
permitan más pronto que tarde una recuperación económica que no sea un gigante
con los pies de barro, sino más bien todo lo contrario. Poniendo a partir de
esta enorme crisis las bases de una economía bastante sólida, que pueda
permitir en un futuro un crecimiento económico totalmente estable y sin
sobresaltos.
Por todo ello nos queda
mucho trabajo por delante, uno inmediato, que no es ni más ni menos que vencer
al virus. Pero una vez vencido no podemos permanecer como si aquí nada hubiera
pasado y hay que empezar a analizar importantes cuestiones como, que sanidad
pública queremos, o que hacer con la conciliación de la vida laboral y familiar,
o con otras tantas coas sobre las que estos días en los que #yomequedoencasa
nos da por pensar.
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