La semana
pasada la joven onubense Carolina Marín se proclamaba por tercera vez campeona
del mundo de bádminton. En esta ocasión ha tirado una puerta que nadie en la historia había derribado.
Ninguna jugadora de bádminton se
había proclamado tres veces campeona del mundo: Carolina Marín se ha convertido en la deportista con más
Mundiales de este deporte al ganar en la final disputada en Taikang -China- a la india Pusarla Venkata Sindhu (21-19,
21-10). La campeona olímpica española logró
vencer en un igualado partido a la india, actual subcampeona del mundo (y
tercera en el ránking), quien fue también su rival en la final de Río de 2016.
Si este
hecho histórico logrado por Carolina Marín, lo hubiera logrado la Selección
Española de fútbol, habría abierto todos los telediarios de todas las cadenas,
habría sido portada a toda plana de todos los diarios de tirada nacional, se le
habrían dedicado programas especiales en todas las emisoras de radio. Pero no
es así sino que esta noticia tan importante, pasa a formar parte del sumario de
deportes de cualquier cadena de televisión, emisora de radio o diario, como si
de algo minoritario se tratase o casi como si no tuviese la mayor importancia
la hazaña realizada.
Todos
somos conscientes que el bádminton es un deporte minoritario, pero es que en
España todo lo que no sea el fútbol casi no se le da importancia alguna, ya se
tenga el palmarés que se tenga, se haga la historia que se haga, como ha sido
el caso de esta ya gran leyenda del deporte español, que ha elevado a lo más
alto nuestro país en un deporte que aquí resulta ser muy minoritario, pero que
ella le tiene demasiado bien cogida la medida con los grandes logros que está consiguiendo
y sobre los que todos le debemos rendir su correspondiente homenaje.
Esta gran
victoria nos debe hacer reflexionar para que el deporte en España se apoye en
cualquier disciplina, no sólo aquellas en las que se mueven ingentes cantidades
de dinero, pues como estamos viendo el deporte individual está cosechando
muchos más títulos para nuestro país que el deporte de equipos. En cambio
cuando se produce una victoria del deporte en equipos, sobre todo el fútbol,
España estalla en elogios y recepciones por todo lo alto, mientras que a estos
deportistas individuales apenas si se les da cobertura mediática tal como se
merecerían.
Por todo
ello ahora que el bádminton es ya un deporte nacional, hay que empezar a
promocionarlo en las escuelas y entre los jóvenes, para que poco a poco tenga
tanta repercusión si es posible como el fútbol, aunque esto será prácticamente
imposible, puesto que este deporte no se celebra en grandes estadios, con
importantes zonas vip, donde empresarios y personas adineradas realizan sus
importantes negocios con la excusa de ver el partido del club en el que tienen
puesto miles de millones de euros, muchas veces de las empresas que ellos mismo
manejan.
Pero la
deportista onubense ha dado un gran ejemplo de que en el deporte lo que prima
es el esfuerzo y la superación, mucho más que el dinero, que cuando se hace eso
se termina por conseguir la meta que uno se ha propuesto como es el caso de
Carolina Marín, que a sus veinticinco años ya tiene el palmarés que tiene y, a
sabiendas de que lo mejor está por venir.
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