La sequía que estamos padeciendo en los últimos meses,
está tocando de lleno al olivar de nuestra provincia, sobre todo al de secano,
donde sus efectos ya se dejan notar y de qué manera en el fruto principalmente,
aunque también el estado vegetativo de los árboles, sobre los que se puede
distinguir mirando al horizonte los que se riegan aunque sean de manera
deficitaria, sobre los que no se riegan y llevan muchos meses sin recibir ni
una sola gota de agua y soportando temperaturas extremas como las vividas a lo
largo de todo este verano y principios del otoño.
Cuando pasó la floración en primavera y se inició la
fructificación de la aceituna, pintaba bastante bien la cosa y parecía que
tendríamos una cosecha cuando menos bastante aceptable que estaría a buen
seguro en torno a la media o quizás algo por encima, puesto que los árboles
habían tenido una floración importante y el cuajado no había ido nada mal. Apareciendo
en sus primeros estadios una cosecha que podría paliar gran parte de los
problemas económicos que tiene la economía de ésta maltrecha provincia y sobre
todo del bolsillo de los olivareros y olivareras.
Las voces de alarma están saltando ya por todos sitios,
con advertencia de las grandes pérdidas que vamos a padecer en la cosecha que
en muy pocos días empezaremos a recolectar. Pérdidas que en muchos sitios se
están cifrando en torno al 30 ó 40%, y que tocará de lleno y muy de lleno a la
economía de miles de familias de la provincia de Jaén, no sólo a las que viven
de manera directa del olivar, sino también a los que las hacen de una manera
indirecta, que verán claramente cómo se merma su cuenta de resultados con
respecto a las de las campañas anteriores.
Cuando llega una situación tan excepcional como esta, se
deben establecer medidas excepcionales, para que de la mejor manera posible, se
puedan paliar los daños que la situación de sequía está provocando. Estas
medidas de carácter excepcional pasan desde la condonación de impuestos, hasta
la rebaja de los módulos del IRPF o el habilitar si fuese necesario líneas de
créditos, o porque no ayudas directas que de alguna manera puedan percibir los
olivareros y olivareras que están sufriendo estas abultadas pérdidas a consecuencia
de esta gran sequía.
Ciertamente contra la naturaleza no hay quien pueda, y
como bien decía mi abuelo, cuando vuelve el rabo, se le puede temer y atenernos
a sus consecuencias. Consecuencias como las que estamos padeciendo y lo peor es
las que nos están anunciando ya para la campaña próxima, en la que se advierte
ya que el regadío se podría reducir hasta un 50%, de alargarse en el tiempo
este periodo se sequía, agravando eso mucho los ingresos que las explotaciones
percibirán, ya que mal que bien este año podremos salvar algo de cosecha
gracias al olivar que pueda estar de regadío, que aún con riego deficitario
está manteniendo la cosechas sin grandes pérdidas.
Muy acertada es la medida de la Consejería de
Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, de adelantar el pago del 70% de las
Ayudas de la PAC, que a partir de la semana próxima comenzarán a ingresarse en
la cuenta corriente de los beneficiarios y que será una gran inyección
económica, sobre todo de cara a hacerle frente a los gastos que se originan con
la campaña de recolección de la cosecha, que no son pocos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario