Quizás a todo
el mundo le haya sorprendido la noticia igual que me sorprendió a mí. Noticia
que hay que leerla varias veces para que uno termine creyéndosela y dándole
veracidad a la misma. Noticia que aun creyéndosela, nos deja a uno bastante
perplejo, puesto que el poder adquirir a un banco por un euro, es algo que
nadie se lo espera y que parece que a uno le toman el pelo de una manera que ni
siquiera podría ni imaginarse que tal compraventa se pueda cerrar con la
entrega de un euro por toda la compañía.
Pero por muy
sorprendente que sea la noticia, parece ser que la operación ya está hecha, y
por supuesto ya el Banco de Santander es el dueño en pleno dominio del Banco
Popular, y a partir de ahora será el consejo de administración de Santander, el
que dirija los destinos del Banco Popular, para que al final quede engullido
por este monstruo de las finanzas que tenemos en España y que ya se encuentra
implantado en muchos de los países del mundo donde se pueda atisbar el más
mínimo indicio de negocio.
Ahora que ya
el Santander lo ha comprobado tenemos que tener bien presente que los accionistas
y bonistas de la entidad, lo han perdido todo, que no habrá forma alguna de recuperar
el dinero que en su día invirtieron en los activos del Banco Popular, que ahora
como ya estamos viendo el valor es cero, o totalmente nulo cuando menos, pues
accionista y bonistas, a estas altura tienen que tener bien presente que como
inversores que lo son. Pues les ha tocado perder, puesto que al igual que
cualquiera que pretende invertir en algo, corre el riesgo de que no le vaya
todo lo bien que necesitara, y terminara con pérdidas de capital bastante
importantes.
Pero volviendo
a la noticia de la compra de esta entidad por un euro, nos damos cuenta que la
misma tiene letra pequeña, ya que de ser así yo mismo hubiera puesto el euro
encima de la mesa, para hacerme con el control del Banco y ser el dueño y señor
de esta entidad. Control que no será tal, pues como ya he dicho, esta
compraventa, tiene mucha letra menuda y seguramente traerá cola y no chica, con
esta operación que acaba de saltar a la luz.
Aunque lo
cierto, es que lo sorprendente no está en el valor de adquisición, sino más
bien en lo que conlleva la misma, puesto que será la propia entidad, con la
pérdida del dinero puesto por accionistas y bonistas, los que salgan de la
misma, con una mano detrás y otra delante, a sabiendas de que no podrán
recuperar nada de lo invertido en su día, y que lo que en algún momento le
produjo pingües beneficios, hoy por hoy les ha traído la mayor de las ruinas
que ninguno de ellos podría ni imaginar. Ruina que tendrán que asimilar poco a
poco y de la que muchos quedarán maltrechos para un poco tiempo.
Aunque he de
reconocer que a estas alturas de la película, lo sorprendente sería que tuviera
que ser otra vez el Papá Estado el que pusiera los fondos, para rescatar esta
entidad, y salvar de la quema a los actuales dirigentes que han llevado al
Banco Popular a que no valga más de un euro.
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