En estos días hemos visto como la Agencia Tributaria, airea a
los cuatros vientos, una importante
ayuda para las familias, tanto las
numerosas como las que tengan discapacitados a su carrgo, tanto en ascendientes
como en los descendientes. Hasta ahí todo esto genial y la idea no parece que ni
venga del Partido Popular, y mucho menos de nuestro paisano Cristobal Montoro.
Pero realmente como en todo lo que nos viene de este Gobierno, nos viene con su
correspondiente trampa, y en este caso no iba a ser menos.
Aquí la trampa es muy sencilla, y nos deja un poco perplejos
cuando analizamos este tipo de ayudas a sabiendas que sólo se le condecen a
aquellas personas que estando en situación laboral tengan cotizados al menos
quince días sí está a jornada completa o treinta si es a media jornada, por lo
que en seguida se nos viene a la cabeza que pasa con aquellos que por desgracia
estan en paro, y que en España hay muchísimas familias en las que todos sus
miembros en situación laboral, se encuentran desempleados, con lo que medidas
como estas el carácter social brilla por su ausencia.
El recorte en la carga impositiva de las familias dará lugar a
una sustancial mejora en su renta disponible después de impuestos, lo cual
generará, de forma inmediata, un aumento en el consumo, en el ahorro y en la
inversión. La trampa consiste, como siempre, en no considerar el coste de
oportunidad, es decir, en olvidarse de que los recursos empleados en la reforma
no pueden destinarse a otras finalidades que quizá tendrían sobre la actividad
económica un impacto mayor, con lo que el efecto neto finalmente puede resultar
negativo.
Nos dicen que nos bajan los impuestos, pero eso es una ilusión,
hacen tributar las indemnizaciones por despidos a partir de una cuantía, nos
quitan las provisiones por deterioro del inmovilizado material, inversiones
inmobiliarias e inmovilizado intangible como deducibles, reducen la reducción
por irregularidad, quitan la exención del 100% de los arrendamientos a menores
de 30 años para dejarla en el 60 %, nos tocan los coeficientes de abatimiento
de las plusvalías, quitan la exención de 1500 € sobre los dividendos, limitan
la deducción de bases imponibles negativas, desaparecen casi todas las
deducciones en el impuesto de sociedades. Mal vamos por este camino, el consumo
se ira retrayendo y pasaremos muy pronto a estar en deflación por falta de
demanda lo cual supondrá más cierres de empresas y más paro.
Los grandes titulares que nos dan los políticos nunca recogen
aquello que quieren ocultar. Las malas noticias, o lo que resulta difícil de
explicar en una rueda de prensa sin salir con la credibilidad en entredicho, se
esconden en la letra pequeña del Boletín Oficial. De la reforma fiscal solo
hemos oído la parte bonita y agradable –rebajas del IRPF- pero hay que tener
paciencia hasta que aparezca la sorpresa, y las sorpresas aparecen. Por eso en
estas pocas líneas hay un pequeño ejemplo de esas sorpresas que nos esconde
esta reforma del IRPF, que a buen seguro no serán las primeras ni las únicas,
muchas de ellas las sufriremos en propias carnes cuando 2016 tengamos que ajustar
las cuentas de 2015 con el fisco.
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