Un año más nos disponemos a celebrar la Navidad, en la inmensa
mayoría en familia y rodeados de nuestros amigos y seres más queridos. Todos en
estos días habremos escuchado o dicho la expresión aquella de que cada vez van
faltando más de nuestros seres queridos a la mesa de la cena de Nochebuena. Este
recordatorio se hace en la que puede ser la semana más familiar y entrañable
del año, en la que en torno a una mesa con una gran cena casi todas las
familias del mundo se reúnen para
celebrar el que un año más podamos estar todos juntos y, porque no recordar a
nuestros seres más queridos que ya no están.
En esa gran cena que ya es tradición, no falta quien diga que
vamos a cantar este villancico como lo hacía nuestra abuela o con la letra
graciosa y picante que se había inventado nuestro abuelo. Tampoco faltara quien
traiga a la mesa el plato cocinado con la receta de antaño que a buen seguro
sin estar escrita ha ido pasando por las familias de generaciones en
generaciones, y al probarlo se recordará con mucha añoranza a la persona que
durante muchos años lo vino trayendo hasta la mesa de Nochebuena.
La Nochebuena se va pasando cada vez más de ser una fiesta
religiosa a la fiesta más familiar del año, hemos pasado de celebrar el
nacimiento del niño de Dios, a disfrutar de la familia y los amigos en torno a
una mesa con los mejores manjares que uno
se puede permitir, y por supuesto en esa mesa no faltan las palabras para
recordar los que ya no están. Eso que no aparezca alguien con aquella caja
metálica repleta de fotos y empiecen todos a verlas una por una recordando cada
instante y cada foto como si en el mismo momento se estuviera produciendo, y
claro está con tanto recuerdo, los sentimientos están a flor de piel y alguna
lagrima que otra se le escapa a alguno.
Es bueno en estos días que se reúnan las familias, recordar
anécdotas y vivencias de los seres más queridos que un día nos dejaron, de tal
manera que siempre los tenemos presentes en nuestra memoria, aunque sólo sea en
estos entrañables días en los que por uno u otro motivo, sea religioso o
festivo, las familias se suelen reunirse y transmitirse fraternidad y cariño.
Cariño que ya quizás para muchos tenga que venir de nuevo la Navidad para poder
volverse a reunir otra vez como cada año.
El tiempo va pasando casi sin darnos cuenta y aunque año tras
año se vuelve a poner la mesa en el día de la Nochebuena, en la que se come, se
bebe, se canta y se baila. Van llegando nuevos actores que se incorporan a las
familias, pero lo mismo que llegan hay otros que se van, muchos de ellos sin
hacer ni ruido, pero dejando una profunda huella marcada en nuestros
sentimientos, que cuesta trabajo el no recordarlos en estos tan entrañables
días de Navidad, y es por eso por lo que año a año cuando vuelven los
villancicos y las copiosas cenas se pasa lista a ver los que faltan, espero y
deseo que para el año que viene estén todos los de este año y no nos falte
nadie.
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