El
Gobierno de Pedro Sánchez ha derogado el injusto impuesto que Mariano Rajoy y
el Gobierno del Partido Popular habían establecido a las energías renovables
procedentes de la energía solar fotovoltaica. El llamado impuesto al sol, que
dificultaba y desincentivaba el desarrollo de la energía solar fotovoltaica y
del autoconsumo eléctrico en España, sobre todo a entidades del tipo de las
Comunidades de Regantes o cualquier otro tipo de empresas que podrían ahorrar
importantes cantidades de dinero en la factura de la luz de no haber sido por
este impuesto que no sabemos muy bien a que obedeció, pero fueron muchos los
que tuvieron que pasar por caja mientras duró.
Ahora ya
tendremos todos el derecho de producir energía y autoconsumirla sin tener que
pagar peajes, sin más limitaciones que lo que es el coste económico de la
instalación de la planta solar, consumiendo una energía limpia procedente de
una fuente renovable que cada día que sale el sol nos brinda de manera gratuita
esta energía que la podemos utilizar para cualesquiera que sean nuestras
necesidades, sin el miedo del sobre coste que nos había llevado este injusto
impuesto que estableció el Gobierno del Partido Popular.
Este
injusto impuesto ha sido el culpable, o más bien el causante, de que en España
tengamos apenas hay un millar de autoconsumidores, frente al más de un millón
que existe en Alemania, paradójicamente una gran diferencia en un país con
bastantes menos horas sol que el nuestro. Esto es algo que resulta inconcebible
y por supuesto casi de juzgado de guardia lo que aquí estaba pasando con la
energía que nos viene del sol, puesto que el autoconsumo es una herramienta
clave para generar mayor independencia energética en un momento en que la
independencia energética de España está manifestándose como nunca en el precio
del recibo de la luz.
El
desarrollo del autoconsumo garantiza a los consumidores el acceso a
alternativas más baratas y respetuosas con los límites del planeta, contribuye
a reducir las necesidades de la red eléctrica, genera mayor independencia
energética y permite reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Además, es una actividad generadora de empleo vinculado a la transición
ecológica, como ya se ha demostrado en países de nuestro entorno. Todo esto
teniendo en cuenta además que nos puede permitir cumplir con los objetivos de
penetración de renovables fijados por la Unión Europea para 2020, lograr que el
20% del consumo energético provenga de
fuentes renovables, y materializar los objetivos del Acuerdo de París en los
horizontes 2030 y 2050.
La
integración de las energías renovables de manera seria y creíble, es una
cuestión que contribuirá a reducir los costes energéticos en el medio y largo
plazo, además de contribuir a la lucha contra el cambio climático, al que
nuestro país es especialmente vulnerable y mucho más al cortar de raíz el
desarrollo de las energías renovables desde que existe este impuesto en España.
Pero ahora
que el impuesto al sol ya es pasado hay que darse mucha prisa y tratar de
recuperar el tiempo perdido, para que no nos quedemos en la cola de estas
energías limpias y sobre todo que pueden llegar a ser muchísimo más económicas
que las convencionales para miles de consumidores que podrían ver muy a corto
plazo como su factura de la luz se reduce de manera considerable.
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