
Este San Lucas en lo
meteorológico ha venido a ser como todos los años, en los que ha habido de
todo. Calor los primeros días, lluvia y frio otros días y tiempo apacible y
suave el resto, que ha permitido a los Jaeneros y Jaeneras disfrutar de su
fiesta mayor. Aunque por estas tierras ya se han acostumbrado a las ferias de
San Lucas con lluvia y frio, y a casi nadie le viene largo que llueva, porque
para eso se preparan y de qué manera los caseteros que montan en el recinto
ferial. Donde acondicionan las casteas a las posibles inclemencias meteorológicas
que pudieran presentarse, o al sofocante calor que pueda hacer, principalmente
por la feria de día, la cual tiene gran importancia y una gran afluencia de
público al recinto ferial.
Por lo que he podido leer en la
prensa, parece ser que a los caseteros este año se les ha dado algo mejor que
en años anteriores, con un aumento de sus ventas, que supone un gran alivio
para las inversión que para unos cuantos días tienen que realizar para poder
deleitarnos en cada una de las casetas con las exquisiteces que nos ofrecen
tanto en la comida como en la bebida, pues año a año crece el buen gusto de las
comidas así como las presentaciones de cada una de ellas.
Para muchos San Lucas ya no es lo
que era, se han perdido tradiciones y costumbres de tiempos inmemoriales, como
la feria de ganado, que poco a poco y pese a la afición que en la capital
existe por el arte ecuestre principalmente, ésta se ha ido diluyendo en el
tiempo como un azucarillo, para que ya apenas se celebre. Cuando antaño esta
feria de ganado era una de las más prestigiosas de todos los alrededores, a la
que llegaba ganado de todas partes para que tratantes y gañanes hicieran las
típicas transacciones que normalmente en un evento de este calibre se dan.
Pero bueno San Lucas 2016 ya es
pasado, ahora toca empezar a analizar lo errores cometidos. Ver donde se ha
fallado y donde se podía haber mejorado, pues el hacer una reflexión seria y
serena de todo lo acontecido en esta feria, nos llevaría a poder conseguir una
sustancial mejora para la feria del año próximo, en la que aprendiendo de los
errores de ésta, la supere en muchos enteros y nos
permita de alguna manera poder poner el broche de oro en una nueva edición de
la última feria del año en nuestra provincia. Para que llegado octubre de 2017,
volvamos a ver los farolillos y los vestidos de gitana de nuevo en el recinto
ferial de la vestida, que a pesar de los pesares volverá a ponerse a rebosar
como lo hace año tras año cada vez que llega San Lucas.